
¿Cuál es la relación entre terapia y política?
Cuando hablamos de la relación entre terapia y política, nos referimos a cómo los contextos sociales, económicos y culturales influyen en la salud mental y en la práctica del trabajo con personas. El impacto del contexto social en la salud mental no solo afecta el acceso a los servicios terapéuticos, sino también la manera en que se definen y entienden los problemas psicológicos.
Por terapia entendemos la psicoterapia, el acompañamiento psicosocial y el trabajo comunitario, es decir, todas aquellas prácticas que implican un encuentro entre profesionales y personas que buscan apoyo terapéutico.
Por otro lado, la política en este contexto no se limita a ideologías o partidos, sino que abarca las estructuras de poder que determinan el acceso a la salud mental y la manera en que ciertos problemas son validados o patologizados dentro de la sociedad.
Contexto social y salud mental
Las estructuras sociales y culturales afectan:
- El acceso a la terapia: No todas las personas tienen las mismas oportunidades para recibir terapia.
- La definición de los problemas psicológicos: ¿Qué se considera un problema de salud mental y qué se normaliza?
- Las intervenciones terapéuticas: ¿Desde qué marco interpretamos las experiencias de quienes buscan terapia?
Por ejemplo, una persona racializada que desconfía del sistema puede ser etiquetada como «paranoica» en lugar de reconocer que ha vivido discriminación estructural. O una mujer que experimenta ansiedad por no encajar en el ideal de «buena madre» puede ser tratada de forma individual sin analizar los discursos de género que refuerzan esta presión.
La terapia nunca es neutral
Hoy, en el Día de la Psicología en España, queremos reflexionar sobre nuestro papel como terapeutas. La psicología no solo es una disciplina de cuidado y acompañamiento, sino también una práctica con implicaciones sociales y políticas.
Desde diversos enfoques en psicoterapia, como la terapia narrativa, cada vez se reconoce más que toda práctica terapéutica está influenciada por su contexto. Las relaciones de poder, los discursos dominantes y la cultura local no solo afectan la experiencia de quienes buscan terapia, sino que también modelan las intervenciones y herramientas utilizadas por profesionales de la salud mental.
Reflexionar sobre esto nos permite ser más conscientes y responsables en nuestra labor terapéutica.
La falacia de la neutralidad en terapia y su relación con el contexto social
En algún momento, la psicología intentó presentarse como una disciplina objetiva y neutral, separada de las dinámicas sociales y políticas. Sin embargo, este intento de neutralidad ha invisibilizado las estructuras de poder que influyen en la construcción de la salud mental.
Cada intervención terapéutica está basada en suposiciones sobre «bienestar» y «normalidad», pero estas definiciones no son universales ni atemporales. Han sido construidas dentro de marcos históricos y culturales específicos.
Preguntas clave para una práctica reflexiva:
- ¿Cómo influyen nuestras propias experiencias y posición social en la forma en que interpretamos las historias de quienes buscan terapia?
- ¿Hasta qué punto la psicología ha reforzado historias dominantes en lugar de cuestionarlas?
- ¿Qué papel ha jugado en la validación o patologización de ciertas experiencias humanas?
Responsabilidad ética: considerar el contexto social en terapia
Ser terapeutas implica una responsabilidad activa en la forma en que trabajamos. Algunas consideraciones esenciales incluyen:
- Reconocer el impacto de la cultura, el género, la clase, la raza y otros factores en la salud mental.
- Ser transparentes sobre nuestras creencias y valores, evitando adoptar un rol de «experto en la vida de las personas».
- Cuestionar los discursos normativos sobre bienestar y felicidad.
- Desarrollar prácticas de responsabilidad, como pedir retroalimentación sobre la experiencia terapéutica y asegurarnos de que el/la terapeuta no se apropie de las historias compartidas en consulta.
- Explorar enfoques colaborativos, como la terapia narrativa, que promueven relaciones más horizontales y alejadas de una visión jerárquica del proceso terapéutico.
El rol de terapeuta más allá del diagnóstico
El rol del terapeuta no debe reducirse a la aplicación de técnicas predefinidas o a la clasificación de síntomas dentro de categorías diagnósticas.
Más que un proceso exclusivamente individual, la terapia puede ser un espacio donde cuestionar normas sociales que generan malestar, validando experiencias que han sido minimizadas y abriendo nuevas posibilidades de significado.
La psicología tiene el potencial de ser una herramienta de transformación social.
Conclusión: La terapia como herramienta de cambio social
En este Día de la Psicología, además de celebrar nuestra profesión, es esencial reflexionar críticamente sobre las áreas que necesitamos mejorar. La psicología ha progresado en muchos aspectos, pero aún hay mucho por hacer para asegurar que nuestra práctica no perpetúe desigualdades ni ignore narrativas importantes.
Si bien la psicología opera dentro de sistemas que mantienen ciertas visiones de la salud mental, también tiene el potencial de ser una herramienta de cambio social. Cuestionar la noción de neutralidad en terapia nos permite reconocer su impacto político y adoptar una práctica más ética y consciente.
Reflexionemos:
- ¿Crees que la terapia puede ser realmente neutral?
- ¿Cómo afectan las estructuras de poder nuestra práctica terapéutica?
- ¿Qué cambios necesitamos para que nuestra práctica sea más inclusiva y consciente del contexto social de quienes buscan terapia?
Como profesionales de la salud mental y del trabajo con personas, enfrentamos el desafío de no reproducir discursos hegemónicos ni reforzar modelos que silencien la diversidad de experiencias. ¿Cómo podemos identificar y cuestionar estas narrativas en nuestro ejercicio profesional?