
¿Qué es la externalización en la terapia narrativa?
Cuando hablamos de externalización en la terapia narrativa, nos referimos a un enfoque terapéutico que invita a las personas a dar forma y, en ocasiones, a dar vida a los problemas que les afectan. Esta forma de trabajar en terapia fue introducida por Michael White y David Epston en los años ´80 y representa una perspectiva innovadora sobre los problemas que las personas traen a terapia.
White quería que quienes buscaban ayuda entendieran que «la persona no es el problema, el problema es el problema», lo que permite una distinción clara entre ambos. Este cambio de perspectiva permite que la persona comience a verse a sí misma y a sus relaciones de una manera diferente, evitando que su identidad se vea abrumada por el problema.
La externalización en terapia narrativa: una nueva mirada para las emociones
La externalización en terapia nos permite darnos cuenta de que nuestros problemas no nos definen y que siempre hay nuevas maneras de contarnos nuestras experiencias. A medida que avanzamos en este proceso, comenzamos a ver que nuestra historia es más amplia y rica de lo que pensábamos al principio.
En el trabajo terapéutico, es fundamental escuchar, comprender y explorar la historia que hay detrás de nuestras experiencias. Gracias a la externalización, aprendemos a observar nuestras emociones desde una cierta distancia, lo que nos permite transformar la relación que tenemos con ellas.
Un buen ejemplo de esto es la tristeza. ¿Te has preguntado alguna vez qué pasaría si, en lugar de rechazarla, le abrieras la puerta y la miraras de frente?
Aprender a mirar la tristeza desde otra perspectiva
Todas las personas experimentan tristeza en algún momento de sus vidas. Es una experiencia emocional que a menudo causa incomodidad, y nuestros aprendizajes culturales muchas veces nos llevan a evitarla, ignorarla o reprimirla. Pero, ¿qué ocurre cuando intentamos eludirla? La tristeza no se desvanece; en cambio, permanece al otro lado de la puerta, esperando a que le brindemos un espacio para expresarse.
La terapia narrativa sugiere un enfoque diferente: en lugar de pelear contra la tristeza, podemos reconocerla, escucharla y entender su mensaje. Aunque este proceso no es sencillo ni rápido, nos permite transformar nuestra relación con las emociones y alcanzar un equilibrio.
Aquí algunas formas en las que podemos externalizar la tristeza:
- Personificar la tristeza: ¿Cómo se vería si tuviera un rostro? ¿Qué forma o color tendría?
- Hablar con la tristeza: ¿Qué historia te contaría tu tristeza, si pudiera hablarte? Si pudieras dirigirte a tu tristeza, ¿qué le dirías?
- Escribir una carta a la tristeza: Puedes escribirle una carta a tu tristeza y contarle cómo te hace sentir, qué efectos tiene en tu vida, etc.
- Sepárate de la tristeza: Recuerda que la tristeza no te define, sino que es un estado pasajero con el que puedes decidir cómo relacionarte.
Transformar nuestra relación con la tristeza
Este ejercicio de externalización nos ayuda a distanciarnos de la tristeza, permitiéndonos verla como algo que no define nuestra identidad. Aprendemos que sentir tristeza es parte de la vida, pero eso no implica que seamos personas tristes. Con esta nueva perspectiva, podemos hacernos las siguientes preguntas:
- ¿Qué historia me ha contado la tristeza sobre mí mismo/a?
- Si la tristeza fuera un personaje, ¿qué nombre le pondría?
- ¿Cómo ha cambiado mi relación con la tristeza desde que la miro de esta forma?
Al dejar de considerar la tristeza como un enemigo y recibirla con curiosidad, nos damos la oportunidad de aprender de ella y despedirla cuando su visita ha cumplido su propósito.
Conclusión: Una nueva forma de relacionarnos con nuestras experiencias
La externalización en la terapia narrativa nos anima a observar nuestras emociones desde un ángulo diferente y a entender que ninguna emoción nos define por completo. Si conseguimos cultivar una relación más flexible y compasiva con nuestras experiencias emocionales, podremos experimentarlas sin sentirnos prisioneros de ellas. La próxima vez que la tristeza llame a tu puerta, ¿cómo la recibirás? ¿Te atreverás a conocer su historia antes de decirle adiós?