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Post Ana Turmac, 14 enero, 2025

Ansiedad y contexto social

Persona reflexionando sobre la ansiedad en un contexto social

Historias que necesitan ser escuchadas

Una nueva mirada a la ansiedad

La ansiedad a menudo se presenta como un enemigo a vencer, pero ¿y si fuera una señal profundamente conectada al contexto social? Este artículo explora cómo la ansiedad puede contar historias significativas sobre el entorno en el que vivimos.

Libros, aplicaciones y gurús del bienestar prometen soluciones rápidas para “gestionar la ansiedad”, como si se tratara de un error en nuestra programación personal. Pero, ¿y si la ansiedad no fuera solo un problema individual, sino una señal de que algo en nuestro entorno no está funcionando?

En lugar de verla como un fallo personal, podríamos entenderla como un eco de las presiones sociales, culturales y políticas que enfrentamos cada día.

Ansiedad y contexto social: El reflejo de un sistema que no nos cuida

Vivimos en un mundo que exige más de lo que podemos dar, una realidad que conecta profundamente la ansiedad con el contexto social. Jornadas laborales interminables, precariedad económica, y expectativas culturales inalcanzables nos empujan hacia un estado constante de alerta.

La ansiedad no surge en el vacío. Es una narradora que cuenta historias significativas sobre las circunstancias y el entorno en el que vivimos. 

Mario, un hombre de 36 años, trabaja en una empresa exigente que requiere decisiones rápidas y gestión bajo presión. Desde hace tiempo, experimenta palpitaciones, dificultad para dormir y una constante sensación de malestar. Sin embargo, evita hablar de ello porque siente que pedir ayuda podría hacerle parecer débil.

Mandatos como “los hombres no lloran” o “tienes que ser fuerte” moldearon su manera de enfrentar los desafíos, llevándolo a cargar con sus problemas en silencio. Su ansiedad no solo habla de su vida actual, sino también del peso de un sistema que le negó la posibilidad de conectar con sus emociones. 

Cuando la ansiedad habla de historias silenciadas

Muchas veces, la ansiedad surge como una forma de llamar nuestra atención sobre experiencias que han quedado ocultas o no nombradas. Puede tratarse de situaciones de abuso, violencias o injusticias que nunca se reconocieron, ya sea porque no había un espacio seguro para hablar de ellas o porque se normalizaron. 

Durante su adolescencia, Laura estuvo en una relación donde le abuso emocional era una constante invisible: comentarios que poco a poco disminuían su autoestima, críticas disfrazadas de bromas y actitudes que la hicieron dudar de su propio valor. En su entorno, estas experiencias nunca se consideraron graves, y por eso no buscó apoyo ni pudo procesar lo vivido. 

Hoy, Laura tiene 28 años y siente una ansiedad constante que afecta sus relaciones y su día a día. La ansiedad de Laura actúa como un eco de esas vivencias, recordándole silenciosamente la sensación de inseguridad y falta de valía que experimentó. Esta ansiedad no es un defecto, ni un problema, sino un reflejo de violencias sutiles que permanecen invisible, pero dejan huellas profundas.

En un mundo que no valida, la ansiedad protesta

Nuestro entorno tiene un impacto directo en cómo experimentamos la ansiedad. Cuando las relaciones cercanas, los espacios laborales o los entornos familiares no son éticos, no ofrecen apoyo, respeto o espacio para la vulnerabilidad, la ansiedad cuenta historias.

En el caso de Mario, su entorno laboral refuerza su idea de que mostrar vulnerabilidad es inaceptable, perpetuando su sensación de aislamiento. Una familia que minimiza los problemas emocionales puede hacer que alguien interiorice la idea de que la ansiedad es una debilidad, en lugar de una señal legítima. Para Laura, la falta de reconocimiento de su experiencia hace que su ansiedad continúe como una historia que nunca encontró un final. 

Pero la ansiedad también puede ser una protesta. Nos pide que cuestionemos, que no aceptemos las cosas tal como son y que busquemos cambios, tanto en nuestro entorno como en nosotros mismos. 

Más allá de superar la ansiedad

Los enfoques tradicionales que nos animan a “superar” la ansiedad a menudo pasan por alto su complejidad. No se trata solo de técnicas para “gestionar” los síntomas, sino de entender las raíces de lo que nos está ocurriendo:

Responder a la ansiedad requiere espacios donde podamos hablar sin miedo, cuestionar sin culpa y reescribir nuestras experiencias desde un lugar de respeto hacia nosotros mismos.

Escuchar la ansiedad para transformar el contexto social

Escuchar la ansiedad no solo transforma nuestras vidas, sino que también nos invita a cambiar los entornos que habitamos. ¿Qué podemos hacer para crear espacios más seguros y valientes, donde nuestras historias sean escuchadas y honradas? 

Quizás la ansiedad no sea un problema personal, sino un síntoma de un contexto social que no siempre valida nuestras experiencias. Escuchar estas historias es el primer paso para resignificar su impacto. Si estás buscando un espacio para explorar y comprender tus propias historias, da el primer paso y contáctanos hoy.

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