
¿Por qué no abrimos aún la atención presencial?
Cuando el número de personas afectadas por el coronavirus está más que desbordado y los contagios siguen ocurriendo, el sentido de la responsabilidad adquiere especial relevancia.
La pandemia nos ha arrebatado varios aspectos de nuestras vidas, mermando nuestra libertad y creando inseguridad a nuestro alrededor. Pero decidimos resistirnos a los efectos del miedo, la inseguridad y la incertidumbre, y hacernos cargo del trocito de libertad y responsabilidad que nos pertenece.
Nos sentimos acompañadxs y coincidimos con otrxs compañerxs de profesión, como por ejemplo Quiero Psicología, que comparten nuestras éticas de trabajo en cuanto a actuaciones durante el estado de alarma sanitaria. En su cuenta de instagram cuentan sus razones para no abrir la atención presencial.
Hablar sobre lo que pensamos y sentimos, es un acto de resistencia.
Nuestra perspectiva informada por valores y éticas de trabajo
En el Centro de Terapias Narrativas consideramos que invitar a nuestrxs consultantes a la sala de consulta presencial, en estos momentos puede ser arriesgado por los siguientes motivos:
- Tenemos claro, por los datos que nos llegan a diario, que aún existe riesgo de contagio, incluso tomando las medidas de protección necesarias en la sala de consulta.
- Creemos que las medidas de seguridad y protocolos sanitarios que podemos y debemos poner en marcha en la consulta, centra tanto a terapeutas como a consultantes, en la historia dominante del miedo, la angustia y la incertidumbre. Sabemos que ya estamos muy expuestxs a esta historia que se cuenta y re-cuenta cada día.
- Sentimos que, al tener que dedicar tiempo a la desinfección de la sala después de cada sesión, perjudicamos tanto a consultantes como a terapeutas, ya que tendríamos que acortar el tiempo de las citas o espaciarlas, atendiendo a un número limitado de personas. Además, tendríamos que tomar ciertas decisiones que nos generan un dilema ético: ¿a quién le negamos la asistencia presencial?
- Consideramos que el uso de las mascarillas no es beneficioso ni posible para todas las personas. El miedo y la preocupación extrema se pueden aprovechar de objetos como una mascarilla, para apoderarse de las historias que se cuentan en consulta. Nuestro espacio terapéutico tiene que ser un territorio seguro, donde las personas puedan expresarse con libertad y sin restricciones. Nos surgen varias dudas y más dilemas éticos sobre si es posible llorar con la mascarilla puesta o permitir que los consultantes se la quiten, y correr el riesgo de contagiarse.
- Sabemos que el transporte público es un foco de contagio y está limitado. Nos gusta saber que evitamos ocupar plazas que pueden ser útiles para otras personas que no tienen otra opción para moverse o ir a trabajar.
- Creemos firmemente, por la experiencia obtenida durante más de 10 años en el medio virtual, que la terapia y la formación por videollamadas, email o cualquiera de los formatos que nos ofrecen las nuevas tecnologías, pueden ser tan efectivas que la terapia y la formación presenciales. Con el valor añadido de facilitarnos la adaptación a esta situación inédita, respetando nuestro trabajo y garantizando la seguridad de nuestrxs consultantes y estudiantes.
La responsabilidad y el cuidado son los valores que guían nuestras decisiones.
Dejamos claro que esta es nuestra postura, basada en nuestros valores. Como cualquier postura, está limitada y sesgada por nuestras vivencias, ideas y perspectivas. Dejamos espacio para cualquier otra perspectiva, incluso para las posturas opuestas y respetamos todas las opiniones.
El Centro de Terapias Narrativas sigue eligiendo quedarse en casa.
Dedicamos a todxs nuestros consultantes, estudiantes y caminantes que llegan a nuestra web, la canción que representa nuestra visión y actuación ante la cuarentena. La incluimos en nuestro artículo como banda sonora de nuestro asidero, deseando que vuestras fortalezas, valores y habilidades os acompañen en estos tiempos difíciles.
¿Cuáles es la banda sonora de vuestro asidero en estos tiempos de incertidumbre, aislamiento e inseguridad?